domingo, octubre 30, 2005

El olor de la isla Gorgona



Un día Erika decidió

No vivir más en la casa de sus padres;

Entonces se fue a otra casa…

A una casa 10 pisos más arriba de la de sus padres…

Pero otra casa al fin y al cabo.

Fui a verla cuando se estaba cambiando;

Llevaba sus cosas a su nueva casa…

¡Su vida en un carrito de mercado!

El carrito subía y bajaba por el ascensor

Una y otra vez llevando la vida de mi amiga Erika,

Cambiándola de lugar.

Más de 20 años de recuerdos…

Las colecciones de llaveros, de clips,

De bolsas, de mezcladores, los implementos de buceo,

De judo, de natación…

Objetos guardados celosamente en el fondo de un closet,

Donde nadie pueda verlos, donde muchos ignoran que existen;

Pero para ella tienen todo el valor del mundo,

Son los más valiosos tesoros,

Porque cada uno encierra una historia

Cada uno tiene un poco de la esencia de Erika,

De lo que es, de lo que siente, de lo que vive;

Gracias a uno de estos tesoros pude saber

A qué huele la isla Gorgona;

La isla Gorgona tiene el olor

De un chulo para el pelo que está dentro

De una bolsa en el closet de la nueva casa

De mi amiga Erika…

La última vez que lo usó fue allí, en Gorgona;

Y así lo conserva…

¡Qué cosa tan maravillosa!

Gracias Erika,

Por mostrarme el olor de la isla Gorgona,

Gracias Erika,

Por acercarme a ese lado de tu vida.

martes, octubre 18, 2005

Cicatrices


(Frida Kahlo, "Unos cuantos piquetitos")
"...Yo sé que mi carne está
limpiamente mordisqueada,
perdida para el perturbado
pez entre las vainas susurrantes..."
Wole Soyinka
(Viaje)



¿Y si muriera en este instante?...
¿y si antes de ello pasara ante mis ojos
la vida entera como una película
en marcha atrás?

Temo a la muerte o tal vez temo más a la vida,
a lo que he hecho, a lo que quiero hacer aún,
a mis sueños...

Me asusta pensar que de verdad puedo ser
Calypso abandonada por Odiseo en Ogigia,
repitiendo la historia una y otra vez,
creer que todo a mi alrededor es mentira,
que nada existe, que sólo son fabricaciones...
y la literatura y la música y la poesía,
y los hombres y las mujeres...las mañanas, las noches...

Me abruma el temor de pensar
que ante tu ausencia
todo se desvanece,
nada queda;
lo antes tangible se transforma etéreo, inasible...
esta incapacidad que me ha dejado tu ausencia...
incapacidad de sentir como antes...
incapacidad que se se extrema hasta la hiperestesia;
la voluptuosidad del aire que golpea en mi rostro,
de las palabras que laceran mi cuerpo y mi alma,
los recuerdos que cicatrizan mil y una vez y mil veces más...
cicatrices que llevan tu nombre, tus dedos, tu aliento,
tu respiración al dormir...
¿Y si muriera en este instante?...

lunes, junio 27, 2005

Visitante

(Francisco de Goya, Serie "Caprichos")
Llegó un día sin avisar
Sólo entró y no llamó a la puerta
Se instaló sin pedir permiso,
Y de repente ya estaba allí.
Cuando supe de su presencia
Ya no pude hacer nada.
Este visitante ha venido a quedarse
Por una larga temporada.
Por poco me acaba,
Fue terrible, la locura se apoderó de mí,
Y por muchos días una tristeza
Tan profunda, tan infinita como mi amor
Desbordó mi alma, embriagó mi ser
De rabia, de impotencia,
De preguntas sin respuesta…
Después llegó la calma, la resignación;
El visitante extraño e indeseado
Ya no lo es tanto,
Se ha convertido en un compañero de viaje,
Me acostumbré a su presencia
A esas pequeñas punzadas
Durante el día, como una espinita
Que no se ve, pero que a ratos
Se encarga de recordarte su presencia…

miércoles, junio 08, 2005

Invierno


Átale, demoniaco Caín, o me delata
Julio Cortázar
(Lejana)



El invierno se aproxima
-Hiela, hiela, hiela-.
Viento frío, helado, gélido
Despacio, muy despacio
Se va calando en los huesos
Lo siento en mi cuerpo,
En cada músculo, en cada nervio,
Recorre mis poros, mis células...
Se mete en mi corazón
Lenta, muy lentamente
-Hiela, hiela, hiela-.
El frío anestesia los sentidos
Los recuerdos se hacen susurros lejanos
El dolor duerme latente
Se congelará un día, próximo, cercano
Ya pronto, ya lo siento
¡¡¡Por Dios, que sea ya!!!

miércoles, junio 01, 2005

Se busca médico...

(Diego Rivera, "El curandero")
SE BUSCA médico, brujo
O curandero que cure el alma.
Lo daría todo a cambio de una cura
Que sane estas heridas crónicas,
Que borre todo este dolor.
Ya he probado con remedios varios:
Pastillas de colores que dan efímera alegría
Pero que en el fondo lo dejan todo igual.
Rituales de exorcismo, palabras miles
Que a los recuerdos no pueden echar fuera.
Psiquiatras, psicólogos, psicoanalistas
Que sólo dicen “habla” y hablo y no pasa nada.
Amigos que benévolamente me escuchan
Pero que tampoco pueden hacer algo
Para quitarme este dolor.
Potenciales amantes que se acercan
En busca de algo ¿de qué? No lo sé
Pero tampoco tengo la energía para averiguarlo.

Si alguien tiene una cura
Para este terrible mal del alma
Por favor remítase al barrio
Del olvido, calle oscura, número seis.
PAGARÉ con mi vida por ello.

viernes, mayo 20, 2005

Reconstrucción

(S. Dalí, "Desintegración de la
persistencia de la memoria")

Soy, tácitos amigos, el que sabe
que no hay otra venganza que el olvido
ni otro perdón. Un dios ha concedido
al odio humano esta curiosa llave.
Jorge Luis Borges
(Soy)




Reconstruiré esta ciudad,
Transformaré su arquitectura.
Comenzaré por demoler algunos lugares.
Como aquel edificio de la universidad
En donde está la oficina,
En la que en las tardes me conectaba a la red para hablarte;
Como esa estación del metro
Donde te vi por primera vez.
Como el café de mi amigo donde te llevé
En nuestra primera salida,
Y la carrera Girardot entre
Las calles Caracas y Bomboná,
Todo lo haré desaparecer.
Pero también quiero destruir
Aquel parquecito cerca a nuestras casas
Y sus calles aledañas.
El estadio, el puesto de tacos,
La calle 33, aquel parque snob,
Los lugares para reconciliar diferencias...
Y en lugar de todo sólo quedará
La nada, el vacío...el olvido.

Conjuro


(Goya, "El Conjuro")



Ya se ha hecho, ya se ha dicho
No hay nada que hacer
El conjuro se ha lanzado
Es más, ya debió llegarte:
Estás conjurado.

lunes, mayo 16, 2005

Fin

(Beatriz Maritnelli, "Renacer")



Para renacer,
debo primero matar al hombre amado,
Elaborar el duelo de su pérdida,
debo aceptar que ya no está.

Y entonces podré volver a vivir, volver a ver la luz
Y...tal vez recuperar a un muy querido amigo.

miércoles, mayo 11, 2005

Fotografía





Parece tan lejano el día en que te ví por última vez
Tu rostro se me pierde en las nebulosas de los recuerdos
Evocando las sensaciones de la piel y del alma
Miro las fotografías de la red y veo a un ser extraño,
A la vez cercano, a la vez distante,
La fría pantalla del monitor no me transmite calor,
Sólo produce la tristeza de pensar
Que es la única forma en que puedo verte.

Cajita azul

(Blanca Orozco Sambucety,
"Mi cajita azul")

Primero
una pequeña cajita azul
(El azul es el color de los imposibles)
Segundo un lazo rosa para atar la cajita
(Para ver la vida en rosa)
Tercero mi corazón en la cajita
(Para que ya no me duela más).
Último...no hay...
(Por desgracia.)
Después...
(si hay un después)
Tiramos la cajita azul con lazo rosa
(En la última página olvidada de un libro de cuentos de hadas).

Llévese

¿Quién soy yo para que me perturbe verte?
Zarpa del muelle, crece el sol, se yergue oro,
lucen los tejados de los edificios del muelle,
todo el lado de acá de la ciudad brilla...
Parte, déjame, vuélvete
Álvaro de Campos
(Oda Marítima)


Lléveselo todo si no va a volver más,
Llévese sus palabras, su ternura,
Sus brazos, sus manos, su calor,
Llévese los recuerdos.
Los profundos besos,
Los estrechos abrazos,
Las cálidas noches,
Los días grises…
No quiero nada suyo,
Desaparezca de mi mente,
Del dolor de mi cuerpo,
Del dolor de mi alma.
Pero sobre todo…
Asegúrese de llevarse también
Mi corazón porque a mí no me servirá más.

martes, mayo 10, 2005

Nostalgia

El tiempo he perdido
y he perdido el viaje...
Ni sé adónde he ido...
Mas sí vi un paisaje
sólo en ocres:
desteñido...
León de Greiff
(Balada del tiempo perdido I)



Los caminos recorridos se hacen tortuosos
Una vez que se mira hacia atrás.
Esta ciudad, sus calles y sus esquinas
Están signadas por el dolor
De los recuerdos que ya no son,
De los deseos que no fueron,
De los sueños que no se realizaron.
Por los abrazos,
Por los besos,
Por los cuerpos
Que ya no se darán más,
Que ya no se unirán más.
Por esas palabras
En la noche antes de dormir,
En la mañana al despertar,
A medianoche en las pesadillas.
Nada, nada existe ya.
Sólo son recuerdos
Que ya no existen más.

Eternidad

Grazna su pávida carcajada romántica, sonámbula
macabra
grazna su pávida
carcajada
romántica, sonámbula, macabra,
mi soledad!
Mi soledad: en el silencio, en la penumbra de la alcoba.
León de Greiff
(Molto lento II)
Un reloj que sólo marca segundos,
Incesantes, incansables;
No dice qué hora ni qué minuto es.
No me dice cuándo acabará
Este maldito dolor,
Este vacío infinito,
Esta soledad del alma,
Este no querer nada.
Sólo segundos inexorables
Que dan vuelta una y otra vez,
Y se niegan a darme respuestas:
¿Cuándo no me dolerá más?
¿A las cinco, a las tres o mejor a las once?
Silencio, sólo silencio,
Segundos una y otra vez.
¿Cuándo dejaré atrás toda esta historia
De dolor y tristeza?
¿A la una, a las diez o mejor a las ocho?
Silencio, sólo silencio,
Segundos una y otra vez.

Sinretorno

Terribles punzadas en el corazón,
Dolores que no me abandonan;
Te veo partir y nada puedo hacer.
Ya no estás más.
Y tu ausencia lacera mi alma,
Apuñala mi corazón,
Roba toda mi energía.
La tempestad no ha pasado
Aún falta lo más terrible,
Sólo que no sé si pueda resistirlo.
No tengo fuerzas.
Un espectro me invita a partir con él
Y le sigo, sin voluntad me dejo llevar,
Y caigo, caigo, caigo por el abismo,
Hacia la oscuridad,
Hacia un sueño infinito, pesado, oscuro
Y creo que ya no volveré más.

lunes, mayo 02, 2005

Súplica

Perdida cualquier forma de orgullo,
Hoy te ruego, y tal vez mañana,
Y pasado y después y mucho después.
La regla dice que no será por siempre,
Que tiene que pasar,
Que el maldito tiempo todo lo arregla,
Pero yo no lo veo moverse, se ha detenido.
Es el castigo que me han deparado los dioses.

Ruego, suplico, imploro,
Ya ni siquiera por tu amor,
Sólo por el don de tu presencia,
Por el lenitivo de tu voz,
Por el alivio de tu abrazo.
Prometo no decir nada de mi amor, de mi dolor.
Prometo esconderlo todo, de mi corazón me encargo yo.
Sólo no te pierdas en las tinieblas de la distancia,
En los laberintos del olvido.

Nada

Lo nunca antes sentido
Lo tantas veces temido
Lo tanto tiempo evitado.
El dolor del desamor,
El pánico de la soledad del corazón,
El viento gélido en la habitación.
El amante que se aleja
Sin dejar siquiera el rastro del amigo,
Ni dirección, ni teléfono.
Las promesas deshechas, los sueños rotos.
Las ganas de nada,
Sólo de dormir infinitamente, por siempre,
De no despertar,
¿Para qué?

sábado, abril 30, 2005

Abismo

Salicio:
¡Oh más dura que mármol a mis quejas
y al encendido fuego en que me quema
más helada que nieve, Galatea!
Estoy muriendo, y aun la vida temo;
témola con razón, pues tú me dejas,
que no hay sin ti el vivir para qué sea.
Garcilaso de La Vega
(Égloga I)

La calma no viene y estoy segura de que no lo hará,
La barca que me ayudarás a empujar
Se dirige a un abismo, a lo profundo de las cataratas;
No hay futuro, todo es gris, una nube cubre el horizonte,
El sol se ha extinguido de mi mundo.
Ya no estás, ya no estarás nunca más
Y es como si me estuvieran arrancando el alma,
Los ojos, los oídos; todo es oscuro
He caído en lo profundo de un pozo abandonado
Y nadie podrá sacarme de allí.

Y este dolor que no se va,
Y todos a mi alrededor repitiendo
en coro para atormentarme:
"sólo es tiempo, espera..."
¡Y yo no quiero esperar!, no quiero que me duela
Sólo quiero que este maldito dolor
Que se ha enterrado en mi corazón ya no esté,
Para tener la seguridad de no volver a amar
Y así no ser de nuevo castigada.

martes, abril 26, 2005

Lamento


How happy is the blameless vestal's lot!
The world forgetting, by the world forgot.
Eternal sunshine of the spotless mind!
(Eloisa to Abelard)
Alexander Pope

Mi andar se hace cada vez más lento y pesado;
Tropiezo, me lastimo, me duele la espalda,
Me duelen los pies que arrastro con dificultad,
Me duele…me duele el alma; esa es la verdad.
Mi cuerpo es el instrumento que ella emplea
Para decirme de su enfermedad;
La que yo he causado.

He construido una historia de tristeza y de dolor
Que mi pobre alma ha tenido que soportar.
He atado su libertad con pesadas cadenas
Que la atormentan y cada vez más
Su brillo y dulzura se van desplazando
Para dejar paso una oscura nube que la envuelve
En el incierto limbo del desamparo y la soledad
De la imposibilidad de amar de nuevo,
De llenar de ternura todo lo cercano,
De brindar sonrisas inmensas y contagiosas,
De cantar con las aves en las mañanas…

Busco infatigable la manera de menguar
El dolor que le he causado;
Quizá tratar de comenzar una nueva historia
Sea lo mejor, dejar atrás los recuerdos
Dolorosos y dar nuevos pasos,
Recorrer otros caminos, como si
Los otros nunca hubieran existido,
Borrarlos de la memoria, del alma
Y del corazón para que ya no duelan más,
Para que ya no hagan más daño.

martes, abril 19, 2005

Artemisa

Sueño con ser aquel cazador que ha atrapado
Su presa mayor después de estar mucho
Tiempo metido en los bosques siguiendo su rastro,
Sus pisadas, sus olores, cada movimiento,
El ritmo de su respiración, las pulsaciones de su corazón;
Viviendo y respirando sólo por la vaga esperanza
Del día en el que por fin la tendría en sus manos.

Si yo, como aquel cazador, por fin te atrapara,
Si por fin cayeras en las trampas tendidas por mi corazón
Te aseguro que te ataría con los hilos invisibles
De mi amor; te rodearía con la más dulce de las compañias
Para que jamás volvieras a sentir la dura soledad;
Llenaría tus días de suaves melodías que tranquilizaran tu alma
Si yo…sólo si yo pudiera tocar tu corazón.

Pero ahí estaré con el arco y las flechas dados por Hefesto,
Siempre dispuestos para ese momento en el que tú
Por cualquier breve instante bajes la guardia,
Depongas tu escudo y quieras dejarte seducir
por el suave goce del amor que te ofrezco.
Yo, Artemisa.

miércoles, abril 13, 2005

Sueños

Signos, señales y símbolos acechan
mis sueños; en vano busco su significado,
pero parece que un antiguo arcano ha
conjurado a mí su interpretación.
Entre tanto mis noches se llenan de imágenes,
A veces espantosas, de seres fantásticos,
Mujeres horribles, sombras oscuras,
Miles de puertas, abismos insalvables,
Macabras músicas, voces sin rostro
Que me hablan, me susurran frases
Que apenas logro descifrar.
Manos tenebrosas que arrancan
Partes de mi ser cada noche.
Y cada día al despertar es como
Si una parte de mí se fuera con mis sueños
Y con aquellos seres irreales y tenebrosos.
Y cada día al despertar es como
Si se me fuera en la noche una parte de la vida.

IV

Una espantosa pesadilla interrumpió
mi sueño la pasada noche.
Desperté en medio de un llanto
Que cortaba mi respiración.

En aquella terrible visión,
-quizá presagio del futuro,
quizá producto de mis temores,-
Tú te hacías malo; eras cruel y despediadado.
Afrentabas mi ser, pisoteabas mi afecto,
Consiguiendo con ello hacer,
de a poco, mella en la inmensidad
De este amor que siento por ti.
No había en tu corazón el más mínimo
Asomo de compasión.

Pero lo peor fue despertar y comprobar,
Sin alivio alguno, que entre la pesadilla
Y la realidad, la diferencia disminuye cada día.

viernes, abril 08, 2005

Preludio de una despedida


"Juego mi vida,
cambio mi vida.
De todos modos
la llevo perdida..."
León de Greiff
(Relato de Sergio Stepansky)


Irremediablemente esta ciudad ya no es la misma:
Las calles se hacen muy angostas o muy grandes,
Los días son demasiado extensos, demasiado breves,
El sol quema con mayor intensidad,
El frío hiela hasta el alma;
Las personas se deforman cuando intento acercarme;
Una oscura y densa nube ha cubierto este lugar,
Respirar aquí se hace cada vez más difícil,
Los fantasmas que deambulan por las calles
Torturan mi mente trayendo los recuerdos de antaño
Y sordos gritos se agitan en mi garganta...



Dolorosamente descubro que no es la ciudad la que ha cambiado;
Soy yo que ya no pertenezco a ella,
Soy yo que he descubierto que no era esta mi Ítaca,
Y creo que se acerca el momento ineluctable de partir
De marchar de aquí, dejarlo todo atrás,
Cerrar la puerta de esta casa, tirar la llave
Para que nadie más entre en ella;
Intentar vencer este anatema que rubrica mi destino.
Levar las anclas-espejismo que me atan
Y emprender el viaje por nuevas tierras
Quizá más venturosas, quizá más desdichadas,
Con que sean nuevas me conformo,
Con que no sean más estás
Tan llenas de tristeza y amargura me basta.

viernes, abril 01, 2005

Pompa fúnebre

Muero,
Lenta, insoportable y dolorosamente.
No me opongo a esta muerte,
Más bien, me entrego a ella,
A su danza, a su ritual.
Soy la ofrenda que se inmola
Dichosa en el dolor.
Que se entrega voluntariamente
Al fuego sagrado porque sabe
Que después renacerá de las cenizas
Con más ímpetu,
Con más fuerza
Y con un corazón duro
Igual al mármol, a la losa
Que lapidará todo este amor
Que ahora me mata.

Condena

Oscuros fragmentos de recuerdos
Que laceran el pensamiento.
Verdugos despiadados
Conduciéndome una y otra vez
Al cadalso de tu ausencia,
De la infausta soledad,
Esa que no acompaña
Que sólo puede traer hasta mí
La muerte de aquellos
Que estamos condenados
Al destierro del amor.

III

Se perturba mi alma
Con el deseo de la tuya…
Se agita, convulsiona enardecida
-¡La resignación -grita desesperada-
-Es para los muertos!
Y mi cuerpo se niega
a sentirse muerto.
Y mi ser se rebela
No acepta, no se resigna
A no sentirte,
A no reposar en ti,
A no sentir tu aroma,
A no sentir tu piel;
A saberte lejos…
Muy, muy lejos.

Mil veces mil

Vienes a mí…intangible, inasible;
Vanamente trato de aprehenderte
Y te deslizas de mi alma
Soslayando mi corazón.
Vienes a mí…como un fantasma;
Vanamente trato de tocarte
Y tu naturaleza etérea
Traspasa mi carne.

Vienes a mí…diáfano cristal;
Vanamente trato de romperte
Y cada vez, tus mil pedazos,
Después de mil veces lacerarme,
Vuelven a unirse…

Y esta historia de desamor
Circular e infinita vuelve a repetirse…
Mil veces mil.

viernes, marzo 18, 2005

Ulises de nuevo

De nuevo partes Ulises
Queriendo encontrar Ítaca,
Creyendo que esta vez sí llegarás,
Deseando que Penélope
Esté allí esperando por ti.

De nuevo tu corazón
Comienza a abrigar esperanzas,
Quiere creer que la ciudad
A la que vas es Ítaca
Y que aquella es la mujer
Que amaste intensamente,
Que, dolorosamente, aún amas.

De nuevo una nube gris te cubre,
Se oscurece tu mirada,
Se oscurece tu corazón.
Una irreconciliable escisión
Tiene lugar dentro de ti:
Tu razón que sabe que ella no es Penélope,
Ni aquella ciudad Ítaca;
Tu corazón que quiere creer,
Que ansía afanosamente creer
Que sí es cierto, que ella te espera en tu reino…

¿Hasta cuándo Ulises dejarás
Que continúe este dolor
Que ensordece tu alma y tu corazón?

martes, marzo 15, 2005

Adiós

Un aura glacial aparecerá entre nosotros,
de la dulzura y suavidad poco quedará
así lo has querido y así será.

Daré a tu cuerpo y a tu alma el espacio
que me pides, ya no habrá ternura,
ya no habrá noches de color pastel.

Confinaré mi amor en un gran baúl;
luego con gruesas cadenas
lo arrojaré al fondo del océano,
en el círculo polar ártico,
a 4 grados en dirección este.

Tal vez algún día quieras rescatarlo,
confiemos en que la oscuridad
y aislamiento no lo hagan desaparecer,
y que al abrir el baúl no queden
más que los tristes restos
de esto que ahora es tan inmenso.

martes, marzo 01, 2005

Tragedia de la ninfa Calipso

" Calipso : ¡Desdichado! No llores ni consumas más tu vida,
pues de muy buen grado dejaré que partas"
Homero
(La Odisea. Rapsodia V)
Llegaste a mí un día ingenioso Odiseo,
Maestro en ardides;
En Ogigia, mi isla, te acogí.
Entre tantos navegantes
Fuiste tú el elegido por mi corazón,
Por mi naturaleza divina.
Inmortalidad, dones, mi sagrado amor
Te ofrecí a cambio de quedarte junto a mí.
!Todo fue en vano¡
Zeus altitonante no escuchó mis ruegos,
Atenea, la de ojos de lechuza, me venció
Y preferiste a Penélope.
¿Acaso no ves mi amado Odiseo
Que Penélope ya no te ama?
¿Qué transcurrido tanto tiempo,
Su corazón ha cambiado y no es la misma
Que dejaste años atrás en Ítaca?
Abre tus ojos, abre tu corazón
Y mírame, veme a ti rendida,
Vencida por tu ser mortal.
En Ogigia aguardo por ti
Ingenioso Odiseo, maestro en ardides.
Toma tu barca, sal de Ítaca
Que ya no te pertenece.
En mi isla eres amo y señor,
En mi isla espera por ti mi corazón

lunes, febrero 28, 2005

Hay cierta clase de féminas...

Dios dijo a Adán
"Con el sudor de tu rostro comerás el pan
hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado;
pues polvo eres, y al polvo volverás"
(Génesis 3:19).

De la especie humana es, y ha sido, el género femenino el que más misterios ha tejido a su alrededor, el que más controversias, disputas y sentimientos encontrados ha producido, tanto en el género opuesto como en sí mismo.
Desde tiempos inmemoriales que nos transportan a la antigua Grecia con el mito aquel de Pandora quien es responsable de todos los males de la humanidad, o al mito cristiano fundacionista de Adán y Eva, donde Eva, como es bien sabido por todos, al desobedecer el mandato de un bondadoso padre atrajo sobre sí, sobre el ingenuo Adán y sobre las futuras generaciones aquella terrible sentencia de “ganarás el pan con el sudor de tu frente y parirás los hijos con dolor”, de la cual aún nos beneficiamos y que al parecer seguirá per secula seculorum, amén.

Además podría pensarse en diversas categorías y en los más variados criterios de clasificación para este controvertido género; para ello bastaría con reunir a no menos de tres hombres adultos y sugerir muy sutilmente el tema, aludir como de soslayo a la palabra conjuro que soltará vivamente las lenguas de estas pobres víctimas masculinas: la mujer, las mujeres, las féminas, las hembras, las damas, las señoras, las novias, las amantes, las queridas… o cualquier combinación posible entre las anteriores.

Pero es de una clase en particular de este género, de la que quiero hablar; de cierto grupo de féminas con unas características que podríamos llamar notables con las que muchos nos hemos encontrado por estos avatares del destino.

De mi experiencia personal y para caracterizar a dicho grupo citaré tres casos cercanos a manera de ejemplo: mi madre (sólo hay una y tenía que tocarme a mí), la madre de una muy querida amiga y la esposa, perdón, ex - esposa de un amigo.

Pertenecen las anteriormente citadas damas, a un respetable grupo de mujeres salidas de un muy buen hogar, criadas y educadas de acuerdo con la moral y las buenas costumbres; que observan cuidadosamente todas las normas y reglas de la fe católica. No obstante están, estas pobres mujeres, marcadas por un terrible sino trágico, la vida se empeñó en hacerlas infelices, el mundo entero conspira en su contra, no hay una explicación lógica para tanta injusticia junta en contra de tan débiles e indefensas criaturas.

Debo confesar que yo mismo he sido partícipe desde muy tierna edad, de estos deleznables actos; cuando contaba con la edad de poco más o menos siete años, me preguntó un día mí madre que qué haría yo si ella llegase a morir, a lo cual con la mayor crueldad y sin reparo alguno, le respondí que iría a la funeraria y compraría un ataúd para enterrarla. ¡Qué crueldad! Qué falta de sentido común tan grave de mi parte; mi madre en toda su vida pudo recuperarse a semejante respuesta, tan cargada de agresividad y falta de tacto, impensable en un niño de esa edad.

Lastimosamente no sólo yo hice un infierno de la vida de mi madre, también sus vecinos, amigos y parientes, personas insensatas y conflictivas que además en todas las épocas y momentos se aliaron en su contra, diciendo de ella que tenía un carácter difícil; ¡difícil! Ella, mi madre, que no hizo más que sacrificarse casi hasta la autoflagelación por los demás, seres egoístas que no consentían en hacer lo que ella a bien tenía.

Ni que hablar de la ex–esposa de mi amigo; ella, pobrecita, victimizada por un hombre perverso (mi amigo), que diciendo que la amaba, tuvo la osadía y el descaro de desearla sexualmente; habrase visto jamás tal despropósito; además, mi amigo (qué vergüenza), insistía en querer pasar tiempo con ella, en ir del trabajo a su casa, en complacerla…inconcebible pensar que pueda existir un ser tan pervertido y lascivo como mi amigo; creo que no hablaré más con él.

Por último está la madre de otra amiga, caso dramático el de doña R, quien durante toda su vida fue víctima, no sólo de su esposo, sino también de sus hijas (no de sus hijos, esos santos varones, impecables e inmaculados). Pero sus hijas, terribles arpías, incomprensivas y despiadadas que no han querido prestar atención a los múltiples quebrantos de salud que padece doña R, graves enfermedades como el cáncer de piel, de cólon, de garganta, de mamas y de estómago, el tumor que comenzó a formarse en su cerebro, el lumbago en la espalda, el mal de Parkinson y los primeros síntomas de Alzheimer, entre otras de igual o peor gravedad. Malas hijas que no nunca quisieron comprender por qué ella, doña R, se desvivía por sus hijos varones, esos pobres muchachos a quienes les dio todo y más y en lugar de apoyarla, la censuraron, de ahí que se haya visto obligada a emplear un poco, sólo un poco de mano dura con ellas para disciplinarlas y enseñarles a ser solidarias con ella, una madre abnegada que lo que hace es reconocer el verdadero valor del género masculino. También dejaré de hablarle a esta amiga.

Estos son solo pingües ejemplos de cómo el mundo, la vida se ensaña con tan ejemplares mujeres y no cito más para no añadir más horror y tristeza a la que ya he causado.

De Soledad

Quisiera llamarme Soledad,
si tú me lo permites.
Ser tu amiga fiel,
tu amante silenciosa,
la única que te abrace,
o que te llame en las noches
sólo para preguntar
cómo estuvo tu día.

Quisiera llamarme Soledad,
ser tu compañía, tenue,
suave, imperceptible;
tomarte de a poco,
cada vez un poco más
hasta que un día
me convierta en tu sol,
en la cálida luz del día,
en tu alegría y entonces
querré dejar de llamarme Soledad
para que me llames tu amor.

viernes, enero 28, 2005

En un bosque encantado...

Era ella un ser divino que había sido arrojada del Olimpo. Era él un príncipe de un reino olvidado cuya princesa le había abandonado. En un bosque encantado coincidieron un día. Se encontraba ella, acompañada por las Horas: Talo (tallo), Auxo (raíz - crecer) y Carpo (fruto); por las Gracias: Áglae(belleza), Eufrosine (hechizo), Talía (alegría); por algunas Musas: Euterpe (música), Terpsícore (danza) y Erato (poesía lírica); por Dionisios y por Apolo. Aquello era una gran fiesta, risa, alegría, baile y canto abundaban allí.

Él la vio. Ella lo vio. Y lo invitó a la fiesta; él al comienzo pareció receloso: “quizá no me quede mucho tiempo”, “tal vez no disfrutarás de la fiesta si estoy ahí”; pero se dejó llevar por todo aquel júbilo que ella irradiaba; también ella sintió un poco de temor, pero su corazón de niña hizo el miedo a un lado; lo trajo a la fiesta. Danzó con él, lo cubrió de flores, lo bañó con aceites perfumados…lo amó, le entregó toda su dulzura y alegría, se desbordó en él. Y por muchos, muchos días, tantos que hasta se perdió la cuenta, en aquel bosque encantado todo era luz y poesía y danza y canto y risas y…y amor; era tanto que el aire comenzó a tornarse extraño y era que se había contaminado con todo el amor que esta diosa expulsada del Olimpo le prodigaba a este príncipe de un reino olvidado cuya princesa le había abandonado; el amor lo llenaba y transformaba todo y a todos: a los seres del bosque, a las Horas, a las Gracias, a las musas que inspiraban con más deseos a músicos y poetas; a Dionisios y Apolo por fin reconciliados; a los demás dioses del Olimpo que se arrepentían de no tenerla allí con ellos…

Sin embargo todo esto no fue suficiente para él; su corazón, su alma no estaban por completo en el bosque encantado y un mal día en que salió a dar una vuelta por los alrededores, vio a una mujer en un bosque cualquiera, una mortal, común y corriente…y quiso quedarse con ella, experimentar esta nueva aventura…se había hastiado de la fiesta eterna que la diosa le ofrecía, de la ambrosía y los vinos dulces, de los aceites perfumados, de la atmósfera donde sólo se respiraba amor; así que no pudo más, con dolor y lágrimas en los ojos se despidió de la diosa, le agradeció desde su corazón por toda la felicidad y alegría de aquellos días y se marchó, partió al otro bosque, al bosque cualquiera.

Desde aquel día en el bosque encantado la luz se apagó, la fiesta se terminó; la diosa llena de tristeza, con el corazón y el alma rotos, echó a todos de su bosque encantado, a Dionisios, a Apolo, a Erato, Terpsícore y Euterpe, a Talía, Eufrosine y Áglae, a Carpo, Auxo y Talo; el aire del bosque encantado, antes lleno de dulzura y perfumes, se tornó pesado, producía una intensa melancolía y llenaba de tristeza el corazón de quienes lo respirasen; los demás dioses del Olimpo se sintieron tristes y todos juntos lloraron por ella y su amor perdido.

Los habitantes de los bosques vecinos y viajeros que por allí han pasado, cuentan que, algunas veces en el bosque encantado han vuelto a escucharse risas y música y se ve luz brillar en él, aunque ya no de la misma manera que antes; pero ocurre muy raramente, sólo durante algunas tardes o noches; breves instantes que tienen lugar, porque el príncipe viene a visitarla, a menguar un poco su dolor. Pero el bosque encantado nunca ha vuelto a ser el mismo, aquel aire lleno de alegría y amor ha huido para siempre porque la diosa ya no es feliz.

Y los dioses del Olimpo, y las Horas, y las Gracias y las Musas y todos los seres de los reinos olvidados lloran por ella.




miércoles, enero 26, 2005

Sordidez

Minas mi voluntad,
Invades mi pensamiento,
Absorbes mis sentidos.
Nada en mí ocurre sin que antes
Sea atravesado por tu ser.

Me persiguen los recuerdos,
Me acosan constantemente:
Tus manos recorriéndome,
El roce de los cuerpos desnudos,
El encuentro de los labios,
La batalla de las lenguas;
Le firmeza de tu sexo
Que presiento desde antes,
Desde siempre...
El eterno y violento instante
En que estás dentro de mí…

Toda yo te llamo, te grito,
Te busco desesperada en mis sueños,
En mis sábanas, en mi cama
A la que ya no vienes;
En el aire, en la atmósfera…
Y ya no estás,
Ya no puedes estar más…
Te tienes que ir y quedarte allí
En el reino indolente de los recuerdos olvidados…
En el país del nunca jamás.

miércoles, enero 19, 2005

Cuento desencantado

Ante la impotencia inerme de mi ser,
Se han desvanecido los castillos,
Los dragones, las hadas
Y el príncipe encantado.
Se ha roto el domo de cristal
En el que estaba.
La pócima de amor ha perdido
Sus mágicos efectos.
Vanamente creí poder recobrarlo todo,
Lo intenté afanosamente,
Me rebelé, repté, aullé a la noche,
Ya me arrastraba por oscuras cloacas…
Y al fin con una extraña mezcla
De dolor, tristeza, desencanto y dignidad
Vi desaparecer los espectros translúcidos
De este cuento maravilloso
Sin final feliz.

Lugares comunes


“Ya no es mágico el mundo.
Te han dejado.”
Jorge Luis Borges
(1964)

Mentira…todo es mentira;
Los besos, las caricias,
Las dulces y suaves palabras,
Las promesas de mañana…
La eterna amistad…
El número seis: seis días,
Seis meses, seis años,
Seis siglos…
Nada existe, nada es real.
Un día cualquiera, Morfeo
Te abandona y debes,
Dolorosamente,
Mirar a tu alrededor
Para darte cuenta de que
Nada de lo que fabricaste
Existe, de que todo era mentira.

viernes, enero 14, 2005

Mis Haikús

I.
Prematuro oscurecer del día
Relámpagos agoreros del dolor
¿Ha dejado de latir el corazón?.

II.
Se han agostado los jardines
Ya no vienen a cantar las aves
Es lo que la tierra te ha deparado.

Errancia

Errante, perdido, desolado
Deambula mi cuerpo vagabundo
Tratando desesperadamente
De hallar esa mitad perdida
Desde aquel tiempo inmemorial
En el que el hombre
Fue castigado a esa búsqueda incesante,
Y temo no reconocerle cuando
Esté frente a mí.

Por instantes mi materia
Se torna etérea, inasible
Incapaz de crear lazos
Que la unan a otro cuerpo,
Logrando apenas soslayarlos,
Traspasándolos como un fantasma,
Invisible, diáfano, intangible.

Tal vez sea este el destino inexorable,
Implacable que los oráculos
Me han deparado.
Tal vez sea yo
Aquel condenado
A vagar sin tregua ni reposo
Aquel maldito por los dioses
Aquel por siempre desterrado.

martes, enero 11, 2005

Laberinto griego

“La tercera letra del nombre
ha sido articulada”
Jorge Luis Borges
(La muerte y la brújula)

Ha sido un acto tantas veces repetido en la historia de los hombres.
Ciudades enteras que son escenario de tan cruel trama;
Cruel…pero nada extraña…dolorosamente familiar.
Calles que toman de las manos,
Parques que miran pasar a los amantes,
Bares que huelen a besos,
Noches que ocultan caricias…
Cada vuelta a la esquina es la promesa de una nueva escena
Que articula la totalidad de la obra…que da forma
Al laberinto construido por momentos y recuerdos.
Sus personajes no lo saben, pero son protagonistas
De una historia circular.

Hay un laberinto griego que es una línea única, recta
En el cual se han perdido tantos filósofos que bien podría
Perderse una mera diletante de poeta, una mortal.
Yo me he perdido en uno construido en una ciudad
De Latinoamérica…
Cuando en otro avatar volvamos a encontrarnos
En este laberinto griego y comiences por A, luego vayas a B
Y de allí a C, entre A y B, espérame en D,
Que está entre A y C y entonces, como ahora…
Si ningún Prometeo ha venido a levantarme de las cenizas,
Vuelve a desgarrar mi corazón de la misma manera
En que hoy lo haces en esta gris ciudad.

lunes, enero 10, 2005

Laberinto

Los dioses han castigado mi osadía lanzándome
De esta isla al oscuro laberinto de la ciudad.
Del paraíso al desconcierto, al desasosiego infinito…
Mundo laberinto, continente laberinto, país laberinto,
Ciudad laberinto, calles laberinto, hombres laberinto...
Minotauro esperando en cualquier recodo por su ofrenda.
¿Qué me pedirá a cambio? ¿Cuál será el costo de haber
salido a las playas de Creta?¿De haber sentido el aire fresco
rozar mi cuerpo?
Cada lugar es una trampa construida por millares de recuerdos,
Olores, imágenes, sonidos… nada escapa a Argos vigilante
Que me sigue, que me acosa adonde quiera que vaya,
No hay rincón en donde pueda ocultarme.
No viene ningún Teseo a rescatarme, ninguno que ciegue
La vida al Minotauro insensible. No soy Ariadna entregando el hilo
De oro…sólo soy una mortal atrapada por las maquinaciones
Divinas, por los juegos de los dioses,
¿Qué sacrificio he de hacer para complacerlos?