Muero,
Lenta, insoportable y dolorosamente.
No me opongo a esta muerte,
Más bien, me entrego a ella,
A su danza, a su ritual.
Soy la ofrenda que se inmola
Dichosa en el dolor.
Que se entrega voluntariamente
Al fuego sagrado porque sabe
Que después renacerá de las cenizas
Con más ímpetu,
Con más fuerza
Y con un corazón duro
Igual al mármol, a la losa
Que lapidará todo este amor
Que ahora me mata.
viernes, abril 01, 2005
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