Errante, perdido, desolado
Deambula mi cuerpo vagabundo
Tratando desesperadamente
De hallar esa mitad perdida
Desde aquel tiempo inmemorial
En el que el hombre
Fue castigado a esa búsqueda incesante,
Y temo no reconocerle cuando
Esté frente a mí.
Por instantes mi materia
Se torna etérea, inasible
Incapaz de crear lazos
Que la unan a otro cuerpo,
Logrando apenas soslayarlos,
Traspasándolos como un fantasma,
Invisible, diáfano, intangible.
Tal vez sea este el destino inexorable,
Implacable que los oráculos
Me han deparado.
Tal vez sea yo
Aquel condenado
A vagar sin tregua ni reposo
Aquel maldito por los dioses
Aquel por siempre desterrado.
viernes, enero 14, 2005
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario