viernes, julio 28, 2006

heridas


(Frida Khalo, "Mi columna rota")


Lo que ocurrió:

hace mucho tiempo tuve un trágico accidente que por poco acaba conmigo. Como resultado de ello quedé convaleciente por muchos meses; los dolores eran terribles pero yo trataba de seguir con mi vida normal, y así, poco a poco, todo iba retomando su habitual camino, volvía a la vida.

Es cierto que algunos días dolían un poco las cicatrices, recuerdo imborrable de aquel nefasto suceso, pero pronto pasaba el dolor y retornaba a la normalidad; otros días ocurría que al pasar mi mano por las cicatrices y sentirlas, todo lo ocurrido revivía en mí como si fuera el presente, y aún así, yo persistía en continuar.

En los días en que ocurrió aquello, recuerdo que llovía mucho, hacía frío y con nada conseguía siquiera dar tibieza a tan grande dolor. Y mientras, pesadas lágrimas de dolor escapaban de mis ojos...a la par llovía y llovía, y el frío se calaba por mis heridas.


Tiempo presente:

estaba en camino de sanar por completo, quizá aún delicada y limitada para hacer algunas cosas...pero creía estar mejor; sin embargo, las heridas se abrieron nuevamente; ahora me duelen mucho y hasta han sangrado un poco, es como si aquel traumático episodio estuviera sucediendo de nuevo, y mi energía se acaba; esta vez no creo tener la fuerza suficiente para enfrentarlo. ¿Buscar ayuda? lo hice antes y ahora...otra vez como al comienzo, como si tras escalar una alta montaña, me regresaran y me dijeran "vuelve a empezar", y yo fatigada, sedienta, sólo con ganas de dormir y no saber ya nada más... así me siento y creo que esta vez no haré nada más, sólo dejar que la sangre fluya, que se agote hasta dejar seca mi carne, seco mi cuerpo, seco mi espíritu...


Nota:
hasta hace un par de días la ciudad era un horno, hacía un calor aterrador... ahora, como aquella vez, llueve, llueve mucho...

miércoles, julio 26, 2006

lamento

( Munch, "El grito")


razonamientos inválidos y desvalidos
pesadillas tormentosas
piel asqueada de tantos roces
sueños inconclusos
solitarias tardes de domingo en medio de multitudes
tu lado de mi cama ausente
mi lado de tu cama ausente
deseos imposibles...
y vos, sólo vos y nadie más que vos
en cada segundo de mi existencia
en cada paso que recorro
en cada uno de mis pensamientos
estás tan metido en mí
estoy tan impregnada de ti...
y siento este dolor lacerante
de lo que ya no podrá ser jamás de nuevo
estas ganas incontenibles de conjurar
a quien sea o lo que sea
de entregar mi alma
si es que vale algo
si con ello consigo cambiar el pasado
para regresar y no dejarte ir
y ya no lamentar, nunca más,
haber llegado tarde a tu vida