jueves, agosto 13, 2009

Urgencia de ti




Las palabras se agolpan en mi mente
Me urgen, se vuelven menesterosas
Me gritan, me imploran
Más palabras que quizá nunca conocerás.

Al compás de cualquier música
Los recuerdos me agobian:
Tus ojos que me pierden sin piedad,
Tus manos que busco furtivamente,
Tus brazos que me estrechan
Como las más dulce de las prisiones,
Tus labios que muero por besar,
Tu aliento que me lleva al cielo mismo.

Mi corazón se encoge, se ensancha,
Palpita sin tregua y quiere salirse
Al escuchar tus palabras
Al pensar en que no te veré o en que no estarás.

Tú y tu sola existencia me renuevan, me extasían
Como si sólo por ti la sangre corriera por mis venas
Como si sólo por ti despertara cada día del universo
Oscuro de los sueños en los que puedo estar contigo
En donde todo es posible y nada impide que te ame.

domingo, mayo 03, 2009

No quiero



No quiero
no puedo
no me da la gana
de ser tolerante
comprensiva
amigable

Aún me duele
y no sé si es el orgullo
o es algo más
pero me duele...mucho

No quiero
que estés lejos
tenerte cerca es doloroso
me molestan tus fantasmas
mis fantasmas
el orgullo
el ego

No quiero
no puedo
no se me antoja

En borrador

Es domingo, desperté hace como dos horas y aprovechando esta inusitada soledad, en la que no tengo que hablar con nadie o preocuparme porque Aleja despierte y la vida normal me obligue a vivirla, decidí continuar con la lectura de la recién publicada novela de mi amigo Juan Diego…miles de imágenes y recuerdos vienen a mí mientras la leo. De pronto, de golpe, se me viene el dolor encima como cuando un aguacero se desata sin previo aviso y entonces grito…de verdad necesitaba hacerlo, grito desde lo hondo de mis entrañas, con el estómago, con el alma. Es algo que me ocurre a menudo cuando leo, que las palabras y evocaciones tocan tan profundamente en mi ser que duele la propia existencia.

-Ustedes los humanos - Frase típica de Juan Diego que suena ahora dentro de mi cabeza.

Y entonces comienzo a dar vueltas a los recuerdos y a lo que siento. Hace tanto que llevo este dolor dentro que ya casi ni lo reconozco, se volvió cotidiano, normal. Los más de los días consigo fingir que no está allí; a los ojos de los demás soy una mujer de risa fácil y puedo asegurar que muchos piensan que soy feliz… ja! “Feliz”, la verdad es que uno no ve más allá en las personas con las que se cruza a diario y la verdad es, también, que no está bien andar por ahí mostrando el ser taciturno y gris que en verdad se esconde dentro de uno. No. O por lo menos si no se quiere que todos salgan espantados ante la propia presencia.

Sin embargo, a veces sucede que un perfecto desconocido puede ver dentro de los ojos de uno lo que ni el mejor de los amigos ha podido. Hace un par de años hablé por breves instantes con un enigmático hombre. Eran las vacaciones de junio y había decidido comprar una hamaca para poner en mi sala, así que fui a comprarla a aquel lugar del centro, en la calle Junín que tanto me gusta. Mirando entre los negocios de artesanías, encontré uno donde había artículos de la Guajira, sombreros, sandalias, chinchorros y por supuesto hamacas de todos los colores y texturas. Me acerqué y saludé, pregunté por los precios y calidades de las dichosas hamacas; el hombre, llamado Rosendo, como supe al preguntarle, me contó que era de la Guajira y que viajaba frecuentemente entre su tierra y la mía trayendo estos productos artesanales de su región. Su rostro era de rasgos bruscos, pero no lucía como un mero negociante o como un hombre ignorante; en su mirada y en sus palabras se dejaba entrever la sabiduría de sus ancestros y ese conocimiento de la vida que a muchos se nos escapa y que ellos, los indígenas, reciben como un legado de encuentro y armonía con la Tierra y el universo. Finalmente, tras cruzar algunas preguntas superficiales y de simple curiosidad, me decidí por una de colores vivos, rojos y anaranjados que evocaban tardes cálidas en una tierra lejana y desértica. Una vez concluida la compra, Rosendo me dijo algo que me sorprendió profundamente:

- Su mirada - me dijo - esconde un gran dolor, hay mucha tristeza en sus ojos.

Yo no supe qué decir o qué responder, sólo le devolví el asomo de una débil sonrisa que no podía ocultar ya nada más, le agradecí por la venta, di media vuelta y salí un poco turbada, pues fue como si de repente, alguien cualquiera, un desconocido, me hubiera visto desnuda.

lunes, abril 20, 2009

Salvación




Ven pronto!
complétame
lléname
sacia mi sed
apacienta mis ansias
abriga mi alma
ilumina mis días
acompaña mi soledad...

Ven pronto!
ya te he hecho lugar en mi vida,
en mi casa, en mi cama


Ven pronto!
sálvame de la oscuridad
de la amargura
del hastío
del dolor
que de a poco me envuelven
y se apoderan de mi alma
y de mi corazón

Ven pronto!
no dejes que muera!
no dejes agostar mis sueños
mis ilusiones, mis días!

Cuándo?


"...Y que esté en mi cama viernes y domingo
para estar en su alma todos los demas
días de mi vida."

Sui generis - Necesito


Y es la soledad, el vacío, la nada
esa sensación de estar incompleta
de algo que falta, de eso que no tengo,
que aún no llega y que no sé si llegará

Pero...cuándo?
la ansiedad me consume, me agobia
Donde está?

Por qué no está aquí conmigo?
En las tardes, o los domingos en las mañanas,
o los viernes al salir de trabajar

Y una vez más: dónde está?
cuándo llegará?

sábado, febrero 07, 2009

Abrigo


Cuánto tiempo perdido
Cuánto tiempo escapado como agua entre los dedos
Cuánto tiempo creyendo en la eterna amistad
y luego nada más que el dolor y la decepción:
La muerte

De nuevo la muerte!
cuántas veces habrás de morir
para por fin desaparecer
Cuántas veces habré de creer de nuevo
para darme cuenta al fin
de que nada es cierto
de que ni siquiera tu amistad era real
para darme cuenta de que
sólo he sido el abrigo
de los días grises e invernales
que cuando brilla el sol
no existo, no estoy...
pues bien
ya no estaré más
ya no estarás más
la muerte ha venido
y se ha llevado el abrigo.

miércoles, enero 21, 2009

Tu ausencia

No hay más fuego, no hay,
no hay más vida, no hay,
no hay más vida, no hay
No hay más rabia, no hay,
no hay más sueño, no hay...

Llévame donde estés, llévame
Llévame donde estés
Llévame,

Cuando alguien se va, quien se queda sufre más,
Cuando alguien se va, quien se queda sufre más...
sufre más ...

La despedida, Shakira


Pasarán muchas lunas antes de que vuelva a verte
Espero que sean menos antes de escuchar de nuevo el alivio de tu voz
Y menos aún antes de que lea tus palabras en esta pantalla.

Sólo han pasado un par de días desde que nos despedimos
y ya se me hace insoportable esta ciudad sin ti
los lugares: mi casa, la cafetería, los patios...
y hasta el teléfono me parece estúpido si no es eres tú quien llama.

Y ese pequeño dolor en el corazón
las lágrimas tímidamente asomadas en mis ojos
la tristeza de no escucharte y de reir contigo,
de no verte o tocarte

No son tantos los meses en que no estarás, lo sé
es absurdamente ridículo que me sienta así
eso también lo sé
pero te extraño, tanto que duele
tanto que escribo palabras que nunca te mostraré.