(Frida Khalo, "Mi columna rota")
Lo que ocurrió:
hace mucho tiempo tuve un trágico accidente que por poco acaba conmigo. Como resultado de ello quedé convaleciente por muchos meses; los dolores eran terribles pero yo trataba de seguir con mi vida normal, y así, poco a poco, todo iba retomando su habitual camino, volvía a la vida.
Es cierto que algunos días dolían un poco las cicatrices, recuerdo imborrable de aquel nefasto suceso, pero pronto pasaba el dolor y retornaba a la normalidad; otros días ocurría que al pasar mi mano por las cicatrices y sentirlas, todo lo ocurrido revivía en mí como si fuera el presente, y aún así, yo persistía en continuar.
En los días en que ocurrió aquello, recuerdo que llovía mucho, hacía frío y con nada conseguía siquiera dar tibieza a tan grande dolor. Y mientras, pesadas lágrimas de dolor escapaban de mis ojos...a la par llovía y llovía, y el frío se calaba por mis heridas.
Tiempo presente:
estaba en camino de sanar por completo, quizá aún delicada y limitada para hacer algunas cosas...pero creía estar mejor; sin embargo, las heridas se abrieron nuevamente; ahora me duelen mucho y hasta han sangrado un poco, es como si aquel traumático episodio estuviera sucediendo de nuevo, y mi energía se acaba; esta vez no creo tener la fuerza suficiente para enfrentarlo. ¿Buscar ayuda? lo hice antes y ahora...otra vez como al comienzo, como si tras escalar una alta montaña, me regresaran y me dijeran "vuelve a empezar", y yo fatigada, sedienta, sólo con ganas de dormir y no saber ya nada más... así me siento y creo que esta vez no haré nada más, sólo dejar que la sangre fluya, que se agote hasta dejar seca mi carne, seco mi cuerpo, seco mi espíritu...
Nota:
hasta hace un par de días la ciudad era un horno, hacía un calor aterrador... ahora, como aquella vez, llueve, llueve mucho...